No soy exactamente la persona favorita de mis madrastras, pero bueno, tampoco soy su menos favorita.Cuando ella está cerca, no puedo evitar tener un poco de una sensación extraña.Es como si hubiera una fuerza invisible que me tiraba hacia ella, y no puedo resistirme.Así que, cuando ella estaba trabajando en su computadora portátil, me encontré detrás de ella, mirando mientras ella se alejaba del tipo.De repente, ella se dio la vuelta, sus grandes y hermosas tetas en plena exhibición.No pude resistir las ganas de tocarlas, de sentir su suavidad contra mi piel.Luego, ella comenzó a chuparme la polla, su boca me tomaba expertamente hasta el fondo.La sensación era abrumadora, y tuve que agarrarme del escritorio para pedir apoyo.Pero no fue solo por la mamada.Se trataba de la forma en que ella me miró, la forma en la que tomó el control de la situación.Fue una loca, salvaje cogida, una que no olvidaré pronto.