En pleno corazón del verano, el calentón era palpable.Dos mujeres, sus cuerpos entrelazados en un abrazo apasionado, se encontraban en el balcón, perdidas por las gargantas del deseo.El cielo lunar por encima de ellas solo sumaba al erotismo del momento.Una de las mujeres, sus dedos explorando hábilmente los pliegues de la zona más íntima de sus parejas, estaba decidida a llevarla al borde del éxtasis.La otra, a su vez, estaba más que dispuesta a corresponder, su lengua trazaba un camino de placer a través de la suave piel de las otras.Sus cuerpos se movían en armonía, un ritmo tan antiguo como el tiempo mismo.El sabor de su pasión compartida era embriagador, llevándolos más a lo más profundo de su deseo.Los sonidos de sus gemidos sin alientos resonaron durante la noche, un testimonio de su lujuria desenfrenada.Suscuerpos, que brillaban bajo la luz de la luna, eran un espectáculo para contemplar, un testimonio para la belleza del amor sáfico.
