En pleno corazón de la ciudad, una joven adolescente fue pillada por las cámaras vigilantes de CCTV cometiendo el datardo acto de robar en una tienda.La policía, maciza en su rastro, lo rastreó hasta un garaje abandonado.¡Lo que sucedió a continuación fue una vista para contemplar!El joven delincuente se encontró cara a cara con dos oficiales de policía sementales que, en vez de arrestarlo, decidieron castigarlo de una manera bastante única.Le ordenaron bajarse los pantalones y revelar su joven y firme trasero.Los oficiales, sus uniformes abultados de deseo, se turnaron para deslumbrar al joven ladrón, sus cuerpos moviéndose en un ritmo de pasión cruda y primitiva.El garaje resonó con los sonidos de su amor a pelo, el calor de sus cuerpos entrelazados en la luz tenue.Esto era un castigo sin igual, una lección de placer que el joven ladron nunca olvidaría.