Cuando la inocente chica repartidora de pizzas llama a la puerta de una casa de clientes, se monta en una salvaje montaña rusa.El malvado repartidor la atrae hacia su fantasía asquerosa, prometiéndole una pizza gratis a cambio de algo de acción caliente.Deseosa de complacer, se inclina sobre el sofá, lista para un viaje salvaje.El repartidoro aprovecha al máximo, follando sin descanso su estrecho culo, dejándola suplicando por más.Pero aún no lo ha hecho.Desbrocha sus pantalones, dejando ver su miembro palpitante, que empuja profundamente en su boca de espera.El sabor de su carga caliente y pegajosa la envía a un frenesí, deseando más.El clímax de su encuentro la deja completamente satisfecha, su cuerpo se estremece de placer mientras se llena con su cálida y pegajona carga.Esta es una concha de reparto de pizza nunca olvida.