Después de una acalorada discusión con mi esposa, decidí enseñarle una lección que no olvidaría.A pesar de sus súplicas, la hice caer de rodillas y le hice una mamada impresionante frente a todo el parque.La humillación era palpable, pero sus habilidades eran innegables.Como ella tomaba ansiosa mi enorme polla en su boca, comencé a follarla allí mismo en público.La emoción de ser observada solo alimentó mi deseo, y pronto la tuve eyaculando de placer.Sus grandes tetas rebotaban mientras la follaba, sus gemidos resonando por el parque. La vista de su gran culo rebotando y su coño siendo llenado fue suficiente para hacerme disparar sobre ella.La humildad y el placer se mezclaron para crear la experiencia más memorable.Fue una lección de más maneras que una, una muestra pública de pasión y humillación que nos dejó a ambos sin aliento.